lunes, 29 de noviembre de 2010

Puzzles


Resulta tan jodidamente extraño: Mueves piezas, rehubicas términos y buscas lógica de algoritmo a una respiración. Me abstengo. Me araño. Te quiero condenar a una única visión perspectivesca. Te simplifico. Lo intento. Pero no puedo entender tu brazo sin tu espalda, ni tu nuca sin tu oreja.
¡Date la vuelta! Mírame con tus dedos, obedéceme con tu lengua y arrástrate sin tu estómago. Dámelo, dámelo todo y huye desnudo entre mis piernas.
Solo este tiempo es mio; un instante débil, mojado, quebradizo... del que luego desteñiré huellas, para huir violeta a mi "passage" cubista.



Imagen: "Amistad" de Picasso. Colores modificados.

martes, 2 de noviembre de 2010

InForma-dos


Texto: Fragmento de "Maurice Blanchot: el ejercicio de la paciencia" por Sergio Cueto.

La supresión de la relación directa entre amo y esclavo en una sociedad que, podríamos definir del "progreso" trae como consecuencia la imposibilidad de una oposición directa del esclavo contra un ente de firme materialidad contra el que poder sublevarse.
La incertidumbre de nuestro posicionamiento de lucha, del bando exacto desde el que tomar posicionamiento y apuntar a destajo nos sitúa ante la desventaja de no sabernos nominados, de carecer de un puesto firme, de una identidad. Nuestra mentalidad occidental funciona a base de oposiciones, de contrarios; no existe tristeza sin felicidad y dolor sin bienestar. La realidad de una se constata con la limitación de aquélla otra.
Es por ello que la falta tangible de límites nos apoca a este eterno desencuentro, a esta falta de fuerza individual y colectiva con la que alzarse en el mundo, para el mundo y contra él. Quiero decir que la monstruosidad que someramente podíamos denominar como capitalismo se ha convertido en una fuerza invisible que condena sin sentencias y con ellas, habla sin voz y grita sin descanso, lucha sin manos y combate con ellas.
Porque creo que definirnos, autoafirmarnos como seres individuales y no perder nuestras pieles que separan pero afirman, nos afianza como personas y nos permite escapar de la masa de la incertidumbre.