jueves, 3 de junio de 2010

Des(en)cuent(r)os




Es el bar donde se cruzan nuestras discordias. Tú pides un vino, yo una cerveza. Tú que callas mientras espero una respuesta. Tú que comes carne y yo ensalada. Tú ...que pareces conformarte con todo y yo... con nada.
-Y habrá que proceder a la culpa, para que lo racional entienda y cuadre y sea lógico y queme y sientas que todo funciona como debería, que todo si se habla, se termina-
Pero callas. Escucho el eco de un gigante que abre sus fauces para devorar al salvaje. Se me pone la piel de gallina mientras son 36 los grados que transpiras. Y todo por descubrir que el anticipar quiebra magias y golpea nervios, abre heridas, supura piedades que se arrojan a tus pies como cigarros impedidos y faltos de fuego.
Todo por hacerte ver que mis pies, mis manos, mis pelos, mis uñas, mi anatomia ...se pierde en las distancias alimentándose de mi ego, al que corrompen con el antojo de hilaridades concupiscientes. Todo por decirte que mis azotes masoquistas se ven justificados por tus mutis y miradas arrojadas al viejo que se termina una coca-cola.

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