
Seamos mortales durante quince minutos
para enterrar las manos en las vísceras
que nos pesan
y sangrar, sangrar profundo
Nos veremos sin las pieles
de la eternidad que pactamos
con los dioses
Serás un tú
Seré un yo
terriblemente grávido y carnoso
sin el sueño
de ninguna noche de verano.