
desgarrarme las manos
en súplica al destino
por fingir alguna línea más.
Y no fue
Nos quedamos
en la vida, a medias
Yo, sin cordón umbilical
Tú, tan muerta en la orilla
como en tus despedidas
Y hoy nos separan barcos
mares cuentos relojes
inviernos
y este abismo
este maldito abismo.
Fotografía de Sergio Larraín.