lunes, 13 de diciembre de 2010

Desnúdate despacio, que tengo prisa




Vamos, vamos...descarga. Reanima. Vuelcan mis costillas el tiempo gastado.
Palas. Otra descarga.
El pecho,
el pulmón,
el aire que se me escapa y que omito a veces y que hoy sale en forma de mi bemol mayor,
porque has tocado todas esas cuerdas,
ese acorde...
Repercusión de caracola y nervios con uñas rotas.
faldas rojas, armarios vacíos, remiendos sin dueño
vueltas hasta vomitar, olor a sábanas, a nueces esquivas
libros torcidos, paredes lisas, calada a una sinestesia,
fotos en azul, arena como sal, ventanas sueltas
saltos...
saltos
mortales.


y en la caída; mis rodillas, sosteniendo una vez más
todo el peso astillado.

3 comentarios:

  1. Derrámate, inúndalo todo.
    Déjate llevar por el acorde perfecto. Son el día y la hora adecuados.
    Desnuda, como un Atlas, caída, cargando con el peso de tanto aire contenido.

    ResponderEliminar
  2. Hoy ya resuena el golpe de todo ese aire que se esparce y crea y me recorre... Hay que darles color a todos esos caminantes grises, Orador, ¿preparó ya los pigmentos?

    ResponderEliminar